Cómo se mide la globalización.

 

Aunque la magnitud de la crisis que atraviesa la Argentina parezca haber producido un terrible - y muy lamentable - ensimismamiento, la globalización sigue su marcha y hay quienes miden su extensión en los distintos países.
¿Es posible medir el grado en que cada nación participa de la globalización? La revista "Foreign Policy" y la consultora internacional A. T. Kearney creen que sí y han construido un Índice de Globalización para llevar a cabo esta tarea.

Este estudio - del que acaban de conocerse los resultados de su segunda versión - muestra el estado de la globalización en más de medio centenar de naciones hacia fines del año 2000. El criterio de medición vincula distintos hechos políticos, económicos y sociales cuantificables, con el objetivo de intentar establecer cuáles son las naciones relativamente más integradas a la globalización, este proceso que comprende una vasta red de relaciones que atraviesan las fronteras de los estados nacionales, desde las más evidentes - como el contagio de enfermedades - hasta las muy sutiles - como la difusión de las ideas.


La construcción del índice

El índice de Foreign Policy/A. T. Kearney cuantifica la integración económica combinando datos sobre comercio, inversión extranjera directa, flujos de inversiones financieras en cartera de títulos valores y otros pagos internacionales, que incluyen las remuneraciones de los empleados no residentes y loa ingresos ganados y pagados por activos mantenidos en el exterior.

También indaga en los contactos personales de los habitantes de cada país con el exterior, tanto a través de los viajes internacionales y el turismo como con respecto al tráfico telefónico internacional y las transferencias de divisas a través de las fronteras.

La conectividad tecnológica se mide a través de los usuarios, los servidores y los "servidores seguros" de Internet (estos últimos son aquellos a través de los cuales pueden realizarse transacciones de comercio electrónico).

A partir de este segundo informe del Índice de Globalización se comenzó a ponderar el relacionamiento político de cada nación: su pertenencia a organismos internacionales, su participación en las misiones decididas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el número de embajadas de otros países que alberga en su territorio.

Para la mayoría de estas variables, el total absoluto es dividido por el PBI nominal de cada país y, en los casos en que resulta apropiado, por la magnitud de su población. En cambio, la participación en misiones de la ONU es dividida por el total de misiones activas en cada año y el número de embajadas extranjeras y la asociación a cuerpos multilaterales es tomado en números absolutos.

Los datos correspondientes a cada una de las variables son "normalizados" a través de un procedimiento que otorga valores relativos entre cero (el mínimo en cada parámetro) y uno (el máximo en el mismo tipo de medición).

Finalmente, se suman los puntos de cada variable para cada nación, otorgándole una ponderación de 2 a 1 a la inversión extranjera directa y los flujos de capital de cartera. Los indicadores referentes a Internet y al relacionamiento político son consolidados cada uno en una sola variable. Al coeficiente único correspondiente al uso de Internet y al tráfico telefónico internacional también se lo duplica para la suma final, con la intención de reflejar la importancia de estos medios por los cuales las ideas y la información transponen las fronteras.


Y el ganador es...el tigre celta

Comprensiblemente, en la primera edición del Índice de Globalización el primer lugar había sido ocupado por la ciudad-estado Singapur, cuto comercio exterior en ambos sentidos totaliza el 348 % de su PBI. Sorpresivamente, el ganador de esta segunda versión es Irlanda, el tigre celta, un país que multiplicó sus niveles de integración económica mundial después del fin de 1998, cuando se tomaron los datos para el primer Índice, en el que figuraba en el sexto lugar.

Las políticas pro-negocios y su población de habla inglesa hace tiempo que despiertan el interés de los inversores extranjeros y transformaron a la isla en un destino predilecto de la inversión extranjera directa. Pero entre 1998 y 2000, perseverando en el mismo camino, Irlanda redujo las tasas impositivas para empresas (que ya eran las más bajas de toda Europa) y estableció un programa diseñado para mejorar la infraestructura y la eficiencia de su gobierno. También ayudaron sus decisiones de privatización en los sectores de las telecomunicaciones y los bancos, así como su adhesión al euro.

Para el año 2000, Irlanda ya era la residencia de los gigantes de la revolución tecnológica de la informática y las telecomunicaciones: la presencia en su territorio de Microsoft, Intel, Gateway y Global Crossing, entre otros gigantes, le valió el alias de "La isla del silicio" (Silicon Isle). Esas inversiones extranjeras directas, que habían sumado en promedio anual 3.000 millones de dólares a mediados de la década del 90, totalizaron en el año 2000 más de 20.000 millones, lo que representa cerca de 5.500 dólares por habitante.

Los flujos financieros de cartera también ayudaron: mientras que en 1996 totalizaban sólo el 1,6 % de la economía nacional ( es decir, los niveles de Chile, la República Checa e Israel), para el 2000 alcanzaron la proporción más alta con respecto al producto nacional en todo el mundo, debido al descomunal crecimiento del Centro Internacional de Servicios Financieros de Dublin, que concentra actividades de banca internacional, fondos de inversión, compañías de seguro y tesorería de grandes corporaciones.

La otra isla Singapur, mientras tanto, descendía al tercer lugar. No porque hubiera perdido su condición de la nación más comercial del mundo sino por su poca capacidad relativa para atraer flujos financieros de capital.


Los veinte top

El listado de las veinte naciones que encabezan el ranking del Índice de Globalización de Foreign Policy/A. T. Kearney es el siguiente:

- Irlanda

- Suiza

- Singapur

- Holanda

- Suecia

- Finlandia

- Canadá

- Dinamarca

- Austria

- Reino Unido

- Noruega

- Estados Unidos

- Francia

- Alemania

- Portugal

- República Checa

- España

- Israel

- Nueva Zelanda

- Malasia
Agenda Estratégica , 11/02/2002

 

 

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