Bush, China y la

 

Hoy el presidente de los Estados Unidos llega a Beijing, 30 años después de la histórica visita de Richard Nixon. Allí se está preparando, además, un completo relevo de dirigentes, los que convertirán a China en la segunda economía del planeta en los próximos 25 años.
"Hu Jintao, 59, actual vicepresidente de China, fue uno de los hombres de la segunda fila que en 1978 venía detrás de Deng Xiaoping y de Jiang Zemin cuando el primero tomó el poder del Partido Comunista y del Consejo de Estado (gabinete ejecutivo). Cuando le tocó el turno a Jiang se anotó como su hombre de confianza más cercano. Ahora le toca sucederlo por edad, antigüedad y jerarquía, tres situaciones que en China siempre coinciden".

Así describe Pablo Doudchitzky - un periodista argentino que conoce los detalles de la nación más poblada del mundo - los cambios que ocurrirán en el próximo otoño boreal, cuando el Partido Comunista realice su congreso quinquenal.

"Es un hombre que tiene una sólida formación económica, mientras que Jiang es un político por excelencia, que - se dice - se inclinaría a la amistad con los Estados Unidos, a cambio de la alianza con Rusia que predicó y suscribió Jiang. También se cree que procurará reformas de fondo en el funcionamiento del gobierno chino", agrega Doudchitzky. "Bush aún no ha logrado, a pesar de sus esfuerzos y los de sus colaboradores, reunirse con Hu."

Es que Hu nunca visitó los Estados Unidos y solamente realizó sus primeros viajes oficiales a Rusia y a Europa Occidental el año pasado. "Aún en China, su figura mantiene algo de misterio", señala en su última edición "Business Week".

Su ascenso a la Jefatura del Estado significará el cambio de alrededor de la mitad de los máximos funcionarios del gobierno, dando paso a la así llamada cuarta generación de líderes: la primera fue conducida por Mao Zedong, la segunda por Deng Xiaoping y la tercera por el actual presidente Jian Zemin. Junto con Hu, el hoy viceprimer ministro Wen Jiabao, 59, llegará a la jefatura del gobierno y Zeng Qinghong, 62, será vicepresidente. La presidencia del Congreso Nacional del Pueblo, el parlamento chino, sería ocupada por Li Ruihuan.

"Mientras se espera que los sucesores del presidente Jiang y del primer ministro Zhu Rongji impulsarán la reforma económica, descubrir el resto de la agenda de la nueva generación no es tarea fácil", dicen los analistas del semanario económico norteamericano.

Entre otras incógnitas, preguntan - nada menos - si los nuevos dirigentes permitirán la difusión de la democracia al nivel de los gobiernos locales. "China ha devenido demasiado descentralizada y compleja como para ser conducida por control remoto desde Bejing. El PBI se ha quintuplicado desde 1990, hasta alcanzar 1,9 billones de dólares, y sobrepasará a Japón como segunda economía mundial antes del 2030. Mucho de este crecimiento ha sido generado por decenas de miles de nuevas empresas privada y semiprivadas, que no pueden, o no quieren, ser controladas de cerca desde la cumbre", afirma "Business Week". "Los nuevos líderes continuarán el delicado proceso de desmantelar miles de empresas del Estado obsoletas y de encontrar trabajo para millones de empleados desplazados".

Esta cuarta generación, además, está integrada por el grupo de líderes mejor educados de la historia china moderna. Hu y sus contemporáneos están abiertos a un amplio rango de ideas y se interesan prioritariamente por todo lo que sucede en el mundo. Sus decisiones políticas serán construidas crecientemente por el consenso, ya que también otros actores - el Congreso del Pueblo, los medios e inclusive la opinión pública - han acrecentado su protagonismo y procuran un gobierno central más flexible.

"Creo que falta una mayor asociación entre el establisment de los nuevos ricos chinos con la dirección del Partido Comunista Chino", subraya Doudchitzky, "que quizás se produzca a medida que los hijos de ambos sectores se vayan casando entre ellos y formando una nueva clase social hegemónica. Algo que, en un país de 1.300 millones de habitantes puede demorar décadas y quizás un siglo".
Agenda Estratégica , 21/02/2002

 

 

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