La "Nueva Economía" sigue su marcha.

 

Aunque el ensimismamiento que produce la crisis argentina la haya corrido del centro de la escena, el pilar de la "Nueva Economía" - el crecimiento de la productividad - resistió el impacto de la recesión estadounidense.
"Por primera vez en una generación, los trabajadores norteamericanos fueron significativamente más productivos el año pasado, aunque la misma economía estaba hundiéndose", proclamó "The Wall Street Journal" cuando el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos difundió que, durante el cuarto trimestre de 2001, la productividad del trabajo no agropecuario creció a una tasa de 3,5 % anual, ajustada estacionalmente.

Durante los últimos nueve meses de 2001, a partir del inicio de la recesión en marzo, la productividad creció a una tasa de 2,3 % anual.

"Para una recesión esto es sorprendente, ya que el promedio mostrado durante todas las recesiones en los últimos 50 años ha sido de - 0,6 %", afirmó a dúo "Business Week". "La recesión de 2001 fue la primera en la historia de la posguerra en la cual la productividad creció en cada trimestre de la caída", añadió el influyente semanario de negocios y economía.

Para el diario de Wall Street, la principal causa que ayudó a las empresas a ser más productivas fue su agresiva reducción de costos, que se aceleró después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, aunque a costa de la pérdida de más de un millón de puestos de trabajo. "Durante las cuatro recesiones previas, la productividad o se contrajo o creció escasamente, un signo de que las firmas reaccionaron en el pasado más lentamente y menos efectivamente a las señales de la reversión de las tendencias", agregó.

Los economistas han discutido enfáticamente si la aceleración de la productividad, especialmente durante la segunda mitad de la década de los años 90, era perdurable o sólo una efímera consecuencia de la super-carga del boom inversor que marcó ese período. "Es una evidencia muy preliminar, pero parece que la tendencia de un crecimiento más rápido de la productividad está continuando", dijo Martin Baily, ex titular del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton.

En este sostenimiento del aumento de la productividad la tecnología tiene mucho que ver. The Wall Street Journal recuerda que, dos años atrás, en el pico del boom económico, el más rápido microprocesador de Intel de aquel entonces, el Pentium 3 de 800 megahertz, costaba 851 dólares. En enero pasado, en el medio de la recesión, el más rápido Pentium 4 de 2,2 gigahertz - un incremento de 175 % en la velocidad del ciclo - costaba solo 562 dólares, es decir, un 34 % menos que el viejo modelo.

La intensividad del empleo del cambio tecnológico en las empresas significa que éstas logran mayor producción con menos trabajadores, lo que explica que la tasa de desempleo en los Estados Unidos haya crecido 1,7 puntos porcentuales desde finales de 2000, aunque la declinación total del producto haya sido relativamente moderada.

Otro costado de este fenómeno en el largo plazo es que un rápido crecimiento de la producción domestica a la inflación, permitiendo que las firmas produzcan más sin comprometer sus recursos. En el mismo informe del Departamento de Trabajo, se muestra que el costo unitario del trabajo - un indicador temprano de la inflación - cayó en el cuarto trimestre de 2001 el 1,1 %, la primera caída trimestral en dos años.

El mantenimiento de un robusto crecimiento de la productividad como tendencia de largo plazo, impulsado por el veloz cambio tecnológico, es la característica central de la "Nueva Economía". En los primeros días de 2002, en el marco de la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Economía en Atlanta, Georgia, un trabajo de Dale Jorgenson, de la Harvard University, y Kevin Stiroh, del Banco de la Reserva Federal de New York, anticipaba este hecho nuevo, afirmando que la situación básica para el crecimiento de la productividad durante la próxima década era la de un sólido crecimiento anual del 2,24 %, apenas por debajo del promedio de 2,36 % anual que se produjo entre 1995 y 2000.
Agenda Estratégica , 04/03/2002

 

 

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