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Brasil es el socio esencial de los Estados Unidos. |
Mientras en la Argentina algunas visiones cortas discuten ácidamente entre el MerCosur, el ALCA o el Nafta, en los Estados Unidos no dudan: "No hay mejor socio estratégico que Brasil", dijo el Council of Foreign Relations, en una carta y un memorandum para el presidente Bush.
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"Brasil es el socio esencial para Estados Unidos en América del Sur. Es de interés de nuestras dos grandes naciones el trabajo conjunto, la búsqueda de puntos de interés común y la resolución de diferencias sobresalientes de manera franca y progresiva. Tenemos mucho que aprender uno del otro y compartimos valores fundamentales. América del Sur no puede ser rediseñada desde Washington".
Con estas afirmaciones terminantes finaliza el memorandum que, precedido por una carta, envió al presidente George W. Bush el Grupo de Trabajo Independiente sobre Brasil promovido por el Consejo de Relaciones Exteriores (Council of Foreign Relations- CFR), la institución decana de todos los thinks tanks de los Estados Unidos en los temas de política internacional.
No es una expresión circunstancial: este equipo trabajó durante 18 meses antes de emitir esta opinión. Y no estaba compuesto por jóvenes impetuosos que habían accedido recientemente a sus masters. Entre sus miembros más destacados se encuentran Diego C. Asencio (ex embajador de Estados Unidos en Brasil), Alain Belda (presidente de Alcoa, un gigante global del aluminio), Nancy Birsdall (ex vicepresidente ejecutiva del Banco Interamericano de Desarrollo y Socia Senior del Carnegie Endowment for International Peace), Eli Whitney Debevoise II (socia senior de Arnold & Porter, un estudio que ha asesorado a Brasil en transacciones y litigios), Richard L. Huber (director senior de Kissinger Mc Larty Associates y ex presidente del líder en seguros Aetna), Brian D. O'Neill (presidente de J.P.Morgan & Co. para América Latina) y Arturo Porzecanski, ( jefe de Economía de Mercados Emergentes y Estrategia de Deuda en el grupo financiero ABN AMRO Inc.).
Por si esta acumulación de talento y experiencia no hubiera bastado, el Grupo del CFR mantuvo "largas reuniones y francas discusiones" con el ex secretario del Tesoro Robert Rubin, el ex vicepresidente de Brasil Marco Maciel, con el actual presidente del Banco Central de Brasil Arminio Fraga, con el anterior ministro de Relaciones Exteriores del país vecino Luiz Felipe Lampreia y con Rubens Antonio Barbosa, embajador de Brasil en Washington.
Estados Unidos no puede actuar solo en América del Sur y Brasil es el punto de apoyo
En el primer párrafo esencial de la carta a Bush, el Grupo de Trabajo afirma que "Brasil puede y debe ser un protagonista decisivo, junto con los Estados Unidos, en la promoción de la reforma económica y de libre comercio, en el apoyo a la democracia y los mercados abiertos y en el combate a las drogas, el terrorismo y el crimen transregional. Estados Unidos no puede actuar solo en América del Sur, y no hay mejor socio estratégico que Brasil para atajar estos problemas. Un diálogo realista y continuo con Brasil es fundamental para que tenga éxito cualquier política estadounidense en el Hemisferio Occidental. Brasil es el punto de apoyo. Brasil tiene tanta importancia para todo lo que va a suceder en América del Sur que no merecería ser objeto de una política desatenta, aunque sea sólo por omisión".
Una pronta reacción
¿Qué espera el Council of Foreign Relations del presidente Bush?
Lo dicen sin dar muchas vueltas y con el realismo de la diplomacia norteamericana: "Solicitamos su pronta reacción para forjar una relación de trabajo de alto nivel con Brasil basada en intereses comunes. Reconocemos que esto no será siempre fácil. Cualquier nueva iniciativa hacia Brasil requerirá manejar diferencias mutuas. No puede ser vista como una relación que excluya a los demás vecinos de América del Sur. Tampoco Brasil reaccionará favorablemente si cree que a Estados Unidos sólo le importa ganarse a Brasil con el único interés de favorecerse".
Una relación estratégica con Brasil es una relación estratégica con América del Sur
Resulta significativo revisar las razones que esgrime el CFR para requerir la pronta reacción del Presidente de la única potencia de alcance mundial. Estas son:
* Brasil es la tercera democracia más grande del mundo. Después de décadas de gobiernos militares, hoy en día sostiene una sociedad abierta vibrante, con medios de comunicación dinámicos y una sociedad civil y una clase media muy participativas.
* Tanto Estados Unidos como Brasil enfrentan la escalada de una crisis en Colombia, inestabilidad en la región andina y una relación cada vez más complicada con Venezuela.
* Existen riesgos de parálisis para Estados Unidos. Brasil convocó a la primera Cumbre de Naciones Sudamericanas en agosto de 2000. Reforzar sus vínculos con sus vecinos sudamericanos es un objetivo esencial de la política brasileña.
* La inversión europea en Brasil (en especial en telecomunicaciones y en servicios financieros y servicios públicos) se ha incrementado cuantiosamente en los años recientes, y el comercio total de la Unión Europea con el MerCoSur aumentó más del 120 % desde 1990. En 2000, España sobrepasó a Estados Unidos como el primer inversor extranjero en Brasil. Si Francia cede en cuestiones agrícolas un acuerdo Unión Europea-Brasil podría dejar fuera a Estados Unidos.
* Brasil, como Sudáfrica y los Estados Unidos, está comprometido a convertirse en una verdadera democracia racial, algo a lo que ha aspirado durante mucho tiempo.
* Estados Unidos enfrenta una inminente y apretada agenda de negociaciones comerciales. En torno a Brasil hay un gran desorden. Llegue o no Estados Unidos a un acuerdo con Brasil, éste es el protagonista más importante de América del Sur porque limita con mucho de los países que se encuentran en mala situación: de Colombia a Perú, de Paraguay a Argentina.
* Una relación estratégica con Brasil se convierte en una relación estratégica con América del Sur.
Este directo reconocimiento de que sólo podrán emprenderse acciones que tengan en cuenta los intereses mutuos es una clara aceptación de las amplias dimensiones que posee la presencia de Brasil en la escena internacional. Que está basada no sólo en sus descomunales proporciones de país-continente, sino en el ejercicio continuado de una misma política exterior hacia los Estados Unidos a lo largo de más de medio siglo, por lo menos desde su decidida participación al lado de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, y de más atrás en la historia también. Para merecer un tratamiento similar, la Argentina debe abandonar definitivamente las conductas esquizofrénicas con las que, simultáneamente, por momentos espera "todo" de los Estados Unidos de América y, al rato, elige la elusión de los temas estratégicos planetarios y el "bajo perfil" que pregonan los aislacionistas de siempre, quienes prefieren una nación al margen de las corrientes mundiales, para que sea un país al alcance de sus escasas y primitivas herramientas políticas.
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Agenda Estratégica , 01/12/2001 |
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