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Una oportunidad estratégica para el MerCoSur. |
La propuesta estadounidense para discutir la eliminación de los subsidios agrícolas en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio converge con una posición de principios defendida históricamente por los países del Mercosur. |
La propuesta estadounidense para discutir la eliminación de los subsidios agrícolas en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio converge con una posición de principios defendida históricamente por los países del Mercosur.
La propuesta del gobierno de Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio para acordar internacionalmente, en las negociaciones sobre la liberalización comercial que se desarrollan en ese organismo, una drástica reducción de los subsidios agrícolas en un plazo de cinco años constituye un hecho mayor para la Argentina y los demás países del MerCoSur. Es sabido que no existe ninguna cuestión de verdadera relevancia internacional en el mundo de hoy que pueda resolverse sin la participación de los Estados Unidos. Cuando hay un conflicto internacional de envergadura y Estados Unidos participa, puede o no haber una solución. Lo que sí es seguro es que, en esos casos, si Estados Unidos no participa, no hay ninguna solución definitiva. De allí la importancia decisiva que adquiere el hecho de que la principal potencia económica del mundo haya tomado la iniciativa de impulsar la remoción del mayor obstáculo que limita las formidables posibilidades de expansión de las exportaciones agroalimentarias del bloque regional sudamericano, cuya potencialidad de desarrollo es la más elevada del mundo.
La propuesta estadounidense converge con una posición de principios defendida históricamente por los países del MerCoSur. Pero ya se sabe que no hay ninguna causa, por justa que sea, que tenga relevancia en términos políticos sin la construcción de una estructura de poder capaz de sustentarla. Puede decirse que recién ahora empieza a visualizarse la aparición en el escenario internacional de una asociación de intereses lo suficientemente importante como para introducir un cambio de semejantes dimensiones en las reglas de juego del comercio internacional.
En efecto: la modificación de la política de proteccionismo agrícola de Estados Unidos constituye la principal reivindicación común de nuestros países en las negociaciones orientadas hacia la puesta en marcha del ALCA. En ese sentido, cabe interpretar que la iniciativa norteamericana en la OMC está en línea con la reciente aprobación por el Congreso estadounidense del "fast track", instrumento imprescindible para el avance de dichas negociaciones.
Estados Unidos sostuvo siempre que el reclamo del MerCoSur sobre los subsidios agrícolas sólo podría encararse con éxito en el marco de una negociación global de la cuestión dentro de la OMC, de modo de incluir en el acuerdo a los países de la Unión Europea. Al poner en marcha este mecanismo, Washington establece en los hechos dos vías paralelas para la negociación del ALCA y la resolución del tema agrícola.
En estas circunstancias, resulta conveniente que los países del MerCoSur, en especial la Argentina y Brasil, acepten "jugar al juego" que propone la diplomacia estadounidense. Esto significa volcar dentro de la OMC todo el peso político del "Grupo Cairns", que integran también Australia, Canadá y otros países productores de alimentos, a favor de esta iniciativa norteamericana.
Al mismo tiempo, ésta es la oportunidad propicia para acelerar el ritmo de las conversaciones con Estados Unidos para la constitución de un espacio económico integrado a nivel continental y con la Unión Europea para establecer un acuerdo de libre comercio con el MerCoSur, como ya lo hicieron México, un país integrado al NAFTA, y Chile, que está próximo a suscribir un tratado bilateral de libre comercio con Estados Unidos.
Las perspectivas de crecimiento del MerCoSur agroalimentario, orientado a transformarse en el principal exportador de alimentos del mundo, por encima inclusive de los Estados Unidos, están ahora directamente vinculadas con el éxito de esta nueva ronda de negociaciones en la OMC. La baza norteamericana es la que puede esta vez hacer la diferencia. |
Pascual Albanese , 29/08/2002 |
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