Texto de las exposiciónes de Jorge Raventos , Pascual Albanese y Jorge Castro en la reunión mensual del centro de reflexión política Segundo Centenario, llevada a cabo el día 6 de junio de 2004, en el Hotel Rochester |
Jorge Raventos
Pascual Albanese
Jorge Castro
Pascual Albanese
…La evolución de los índices de imagen del gobierno registran Un descenso en los últimos dos meses. Lo que habría que saber si este descenso se convierte en meseta o se convierte en caída. Difícilmente alguien pueda pensar en que pueda convertirse en el piso para un nuevo ascenso. Esta situación es la proyección hacia delante de la situación que, acá se ha descripto, se desarrolla en esos dos frentes que tanto Raventos y Castro han desarrollado muy bien: el frente de la opinión pública, por un lado, y el frente del peronismo, por el otro.
En ambos casos, lo que se puede asegurar es que el gobierno no tiene capacidad de respuesta. Puede tener más o menos capacidad de aguantar una situación difícil. Lo que no tiene es una capacidad política para remontar la situación que ha creado en los primeros doce meses de gestión. En el caso de la opinión pública, hay dos puntos centrales: la seguridad pública, por un lado, y la crisis energética, por el otro. Con independencia de cualquier juicio de valor acerca de los aciertos o los errores de las políticas que, con diez meses de atraso, anunció en relación los temas de la inseguridad y de la crisis energética, lo que queda claro es que, en el mejor de los casos, las políticas anunciadas y enunciadas están enderezadas a tener algún resultado positivo el año que viene o tal vez en el 2006, pero de ninguna manera en lo que resta de este año 2004.
La "sensación térmica" de la opinión pública, potenciada en la ciudad de Buenos Aires, incentivada en estos últimos días por una ola de inseguridad, ha puesto de reflejo otra de las características que Raventos anunciaba bien al principio, que es cómo se desarrolla la estrategia de confrontación política del gobierno de Kirchner. Porque la respuesta a esta "sensación térmica" provocada esta oleada delictiva en la provincia de Buenos Aires es la acusación de parte del Presidente Kirchner y del Ministerio de Justicia, en forma elíptica en algunos casos y no tan elíptica en otros, a que estos hechos delictivos son resultado de la purga realizada hace 30-40 días, que incluyó a 107 comisarios de la Policía Federal. Es decir que la respuesta al tema de inseguridad pública sigue siendo un ataque a las fuerzas de seguridad, a las cuales se sigue acusando, con razón o sin ella. Pero las consecuencias son exactamente las contrarias a la idea de la estrategia de la seguridad pública y a la tranquilidad de los ciudadanos.
En el caso de la crisis energética, demás está decir que está muy lejos de revertirse esta situación a corto plazo. Las causas principales de esta crisis son emblemáticas de lo que son el conjunto de la política desarrollada económica, no solamente por el gobierno de Kirchner sino también por el gobierno anterior, en tanto y en cuanto lo que pone de relieve es cuál es el límite estructural de una política de lo que se ha llamado reactivación económica sin inversión y que se ha dado en el terreno energético, cuyo cuello de botella advertimos hoy, y en todo sistema económico argentino, que está a esta altura del partido se encuentra muy cerca de ocupar la capacidad instalada provenientes de las inversiones de la década del 90, que fueron las que permitieron esta recuperación económica espectacular, en términos del 9-10% del PBI.
Vale decir, en lo que hace a los términos de la opinión pública, en los dos puntos que se consideran más sensibles, no hay ninguna posibilidad de que el gobierno revierta esta situación. Puede aguantarla mejor o peor.
En el caso del peronismo también se puede decir que esto está "jugado", porque la "transversalidad" genera una polarización que hace que el conjunto del peronismo está observando cómo es el nivel de deterioro de la imagen del gobierno y del presidente en la opinión pública, para elaborar su capacidad de presión y su defensa política ante el gobierno de Kirchner. Esto significa que la presión de peronismo sobre este gobierno tiende a acentuarse en los próximos meses. Si esto es así no hace falta ser adivino para plantearse que, meses más meses menos, y en esto nadie puede tener una idea aproximada, la Argentina puede ir deslizándose nuevamente hacia una crisis de gobernabilidad.
En este contexto, merece un tratamiento especial esta discusión que se ha planteado entre el gobierno de Kirchner y el Episcopado Argentino en las últimas semanas, porque no es solamente el comunicado del Episcopado "Queremos ser Nación" de hace un mes. No se agota tampoco con la declaración del obispo de Corrientes, monseñor Domingo Castaña, que es a su vez es el vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal, quien vinculado a ese documento del Episcopado y para explicarlo, afirmó que el presidente Kirchner está muy lejos de perdonar y tener predisposición a ser perdonado, una frase que recibió una respuesta que en el fondo es una confirmación, que la dio el propio presidente, al expresar: " creo que llegamos a esta situación que tenemos hoy en la Argentina porque todo se podía perdonar, no importaba lo que había hecho cada uno, en nombre de la reconciliación perdonábamos cualquier cosa". O sea que el Presidente Kirchner, contestando a monseñor Castaña , le estaba dando la razón.
Este preámbulo, que se puede decir que fue la declaración del Episcopado llamado "Queremos ser Nación" y la declaración "ad hoc" de monseñor Castaña, tuvo su segunda expresión importante hace siete días, en el Tedeum en la Catedral Metropolitana, en la homilía del Cardenal Primado de la Argentina, monseñor Jorge Bergoglio. La primera respuesta del gobierno a esa homilía fue algo así como "y a mí por qué me miran…?". La expresó el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández cuando dijo que "éste es un mensaje para todos", como si el gobierno no fuera parte de "todos". Fue tal vez necesario que el vocero del cardenal Bergoglio, el padre Guillermo Marcó, dijera precisamente, veinticuatro horas después, que el Presidente Kirchner y su gobierno eran también destinatarios directos de la homilía que el cardenal Bergoglio había pronunciado delante del Presidente , de su esposa y todo el gobierno nacional.
Si apreciamos, más allá de los cruces verbales, cuál es el sentido profundo de la discusión entre el gobierno y la Iglesia, vamos a llegar a una conclusión que es muy importante en relación al futuro inmediato de la Argentina. Porque el centro de la objeción que el Episcopado hace a la política de gobierno de Kirchner es precisamente la insistencia del gobierno de Kirchner en esto que aquí hemos llamado estrategia de confrontación permanente y se hace hincapié por parte del Episcopado en la necesidad de afianzar una política de reconciliación pacificación y de unidad nacional.
En una situación en la cual la crisis política argentina puede llevarnos a una nueva crisis de gobernabilidad, esta posición asumida por el Episcopado tiene una enorme importancia para el futuro inmediato de la Argentina.
Esto a su vez, nos lleva a una reflexión acerca del peronismo aquí y ahora, en los próximos meses. Porque aquí queda claro que, hoy por hoy, el peronismo como fuerza política, más allá de sus aciertos y de sus errores, ha quedado convertido en la única garantía de gobernabilidad del país. Desde ese punto de vista, la reunificación del peronismo es una necesidad imperiosa, no para el peronismo, sino para la Argentina y para la estabilidad institucional.
Desde esa óptica, hay que tener en cuenta que la situación actual obliga a plantearse al peronismo en su conjunto la necesidad de una política de reunificación que vaya más allá de sus corrientes internas y de sus actuales, legítimos y reales liderazgos territoriales. Porque esa reunificación del peronismo es lo único que puede evitar una crisis de gobernabilidad en la Argentina. Habría que decir también que esa reunificación no requiere remover sobre el pasado, sino volver a definir un proyecto común, anclado en el presente, con vistas al porvenir y volcado al mundo.
|
Jorge Raventos , Pascual Albanese y Jorge Castro , 07/05/2004 |
|
 |